
Ay si mi corazón triste pudiera
despertar cual la rosa en la mañana,
olvidando la sombra ya lejana,
sin recordar la espina que lo hiera.
Seria un despertar cada alborada,
cual si fuese esa hora la primera
en que mi corazón triste sintiera
la fe en la vida, siempre renovada.
no importan las tristezas ya pasadas
si puedo,cual la rosa,cada día
comenzar con el alma renovada.
Y si puedo al final de la jornada,
sentir,que cual la rosa, el alma mía,
aroma siempre, aun ya deshojada.
Isabel Britos
salto,mayo 1996